Había una vez dos lobos que tenían mucha hambre y encontraron una casa muy grande. Miraron por las ventanas y gritaron. ¡Si nos comemos ese festín nunca más comeremos! Y el otro lobo dijo: no exageres. Resulta que había 7 cabras pequeñas y sus dos padres. Cuando los padres se fueron, los lobos gritaron: ¡Esta es nuestra oportunidad! Los lobos intentaron engañar a las cabras pequeñas diciendo que eran sus padres, pero las cabritas miraron por la ventana, como les dijo su madre. Lo intentaron 1,2 hasta 3 veces pero a la tercera vez las cabras pequeñas se cansaron y les echaron harina a los lobos. Eran lobos muy feroces porque se comían todo lo que veían. Las 7 cabras pequeñas eran muy de no decir nada menos 2 que hacían caso a sus opiniones.
Un día un lobo pensó: ¿por qué no nos disfrazamos como si fuéramos sus padres? El otro lobo dijo, buena idea lobo. Los lobos al día siguiente se disfrazaron. Por desgracia las siete cabras pequeñas se dieron cuenta por la cara y ellos se fueron enfadados a su cueva. Menos mal que tenían unas amigas, que les debían un favor. Los lobos las preguntaron: ¿nos podéis cambiar las caras por las de una cabra con vuestro maquillaje? Las amigas les hicieron el favor, como no. Los favores se cumplen normalmente. Lo volvieron a intentar y las cabras pequeñas no se dieron cuenta. Los lobos se comieron a las cabras pequeñas y de repente entraron los padres de las cabras pequeñas y les preguntaron: ¿Dónde están mis hijos? , los lobos les dijeron: en nuestra barriga. ¡Ah! Gritaron los padres de las cabras. Cuando los dos lobos se fueron corriendo las dos cabritas más pequeñas eran las únicas que los dos lobos no se habían comido. Cuando las dos cabras salieron de un reloj, los dos padres se alegraron mucho. Y los lobos querían beber agua y entonces se cayeron al lago, los dos padres se tiraron al agua, sacaron a los lobos del lago y entonces la madre con unas tijeras les cortó la barriga para sacar a sus hijos.
Seudónimo: “MINION” (9 AÑOS, “CEIP MARQUÉS DE BENICARLÓ”)